EL ICONO DE LA VIRGEN DE LA TERNURA. Escribimos este icono en la diócesis de San Rafael.

El retiro-taller se realizó en el bellísimo paisaje cuyano de San Rafael, Mendoza, en las Cabañas de “San José del Atuel” que gentilmente facilitaron sus dueños Roberto Eugenio Cagnacci y su esposa Cecilia Elizabeth Hauser. Cecilia participó también con gran euforia y sacrificio del taller. Agradecemos al padre Ricardo Noriega, que además de escribir su propio icono de la Madre de Dios, hizo de anfitrión, contando con la generosidad de Roberto y Cecilia que nos hospedaron en tan confortable lugar. El padre Noriega estuvo organizando, invitando y entusiasmando a sus paroquianos para que participen en este retiro que a su vez no deja de ser un aporte a la cultura de la belleza y el arte.

Cabe destacar que, en los ya casi 10 retiros que llevamos predicados, hemos tenido por primera vez la presencia de un obispo, Monseñor Eduardo María Taussig, obispo de la Diócesis de San Rafael, que no sólo nos honró con su presencia, sino que además tuvo la deferencia a través de una ceremonia especial, de bendecir y ungir cada uno de nuestros iconos de la Virgen de la ternura, que luego besó cada uno de ellos con humilde y respetuoso silencio.

Quedamos agradecidos y pletóricos de alegría por este delicado y cariñoso gesto del obispo para con cada uno de los participantes y de nuestras imágenes destinadas a la veneración en la iglesia.

Agradecemos a los miembros del equipo “San Juan Damasceno” que han trabajado de manera tan abnegada preparando este retiro y en el servicio de cada día para que los participantes puedan aprovechar cada minuto de esta aventura única de confeccionar un icono para Dios. De modo especial agradecemos a Corinne, por habernos transmitido con tanta pedagogía, paciencia y dulzura sus conocimientos y experiencia en la escritura de los iconos.

Con gran alegría y satisfacción hemos verificado una vez más, -como en los retiros anteriores- aquello que dijo tan bien nuestro santo patrono San Juan Damasceno: los iconos son una verdadera fiesta para los ojos. En verdad tenemos que decir en justicia que son una verdadera manifestación, epifanía, de Dios a los hombres que es necesario difundir como el apostolado de aquella Belleza que salvará al mundo, en el decir de Dostoievski.

En estas pequeñas maderas Dios ha dejado que esté contenido lo que no tiene medida, lo que es inmenso, como María que contuvo al Incontenible. La Teología en la Iglesia no sólo se escribe con los caracteres fonéticos de nuestra lengua, sino también a través de los símbolos, de las lineas, los colores y las luces. El iconógrfo, en su oficio de artesano y teólogo, utiliza la materia más humilde, como son los pigmentos, sacados de la tierra: toda la creación está representada en un icono: el reino mineral, vegetal y animal. Y ¿que hace el escritor de iconos? – Lo eleva, los transforma y transfigura para ponerlos al servicio de Dios y de la liturgia.

Verdaderamente valió la pena el esfuerzo, la ascésis de estos días, en los que hemos tratado de imitar y seguir la estela luminosa de los seis días de la creación, para poder al fin vislumbrar y de una manera especial hacer visible lo invisible del misterio, ayudados con los ojos de la fe, a través de esta bella “ventana” del más allá, como son los santos iconos, verdadero Patrimonio de la Iglesia indivisa.

Que otra cosa podemos decir, sino, !agradecer a Dios! Así es, porque en este intento de ascender hacia la luz divina, nos invade el deseo de ver y oír lo que ni ojo vio ni oído oyó.

PRÓXIMAS FECHAS DE NUESTROS RETIROS-TALLER: 24 al 29 de junio, Villa de Soto, Córdoba * 26 al 31 de agosto: Carmen de Areco * 21 al 26 de octubre: lugar a definir.

preparándose para el rezo del Santo Rosario caminando.

En estos días hemos contemplado, hemos adorado el Santísimo Sacramento todos los días, hemos rezado, hemos de alguna manera reformado nuestra vida a través de esta subida al monte Tabor, al monte de la luz y las tinieblas, y hemos contemplado en esta pequeña madera escrita por nosotros mismos el dictado de la Iglesia, de los dogmas, de la Voluntad de Dios.

Además, con nuestro trabajo silencioso y meditativo, nos hemos consagrado al silencio de Nazaret, tratando de ubicarnos, haciendo una composición de lugar, -como le gustaba contemplar a San Ignacio- en el taller de San José el carpintero, en el mismo lugar donde Jesús aprendió la ciencia experimental, para no olvidarnos de ese principio que reinaba en toda la Edad Media, que el artista es ante todo un artesano que está al servicio de la belleza de Dios. Y así hemos rezado en estos días: con nuestras manos, con nuestros pinceles, con nuestro oficio a labrar el nuevo paraíso que nos espera, de la nueva Jerusalén.

Con la gracia de Dios, con el impulso de este retiro por el camino de la Luz y Belleza divinas, seguiremos subiendo, mirando hacia la cima, contemplando todo lo muy bueno y bello de la creación, lo bueno y bello que el Espíritu hizo en nuestro icono, pero mucho más lo que sigue haciendo en nuestro icono interior, cuando vivimos en su Presencia y en su Gracias. Nada es nuestro, el querer y el obras, todo lo referimos a Dios, y deseando con ardiente esperanza el octavo día sin ocaso en donde todo será visión y veremos a Dios cara a cara.

“Así pues, si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.aspirad a las cosas de arriba, no a las de la tierra. porque habéis muerto, y vuestra vida esta oculta con cristo en Dios”.

Col 3, 1-3.